además su hermano menor de edad lo señala
como responsable; ayer ingresó al penal
El Mundo de Córdoba
Acatlán.- A tres días de que sucedieran los hechos, el joven de 2o años, José Eduardo Hernández Méndez, admitió con monosílabos y entre dientes haber matado a su tía.
Ayer, poco antes de ingressar al penal de Cosolapa, se cayó el velo de las dudas y confiesó el crimen.
Tal y como se publicó, el joven acabó con la vida de su tía, quien cuidaba a su hermano de cuatro años y quien a su vez fue madre de crianza de los dos.
Tras las rejas de la municipal, minutos antes de partir al reclusorio, se le notó con la actitud ausente, un semblante frío sin traslucir ningún sentimiento.
Las autoridades, los familiares y los periodistas esperaban que respondiera sólo a una pregunta fundamental: “¿Por qué lo hiciste?”. Sin embargo, el hoy preso calló.
Para él no existe una explicación, se encogió de hombros.
Con la mirada reconoció la herramienta para partir leña con la que le ocasionó dos heridas profundas en la cabeza a su tía, se presume que fueron dadas con tanta fuerza que ninguna vecina escuchó algún grito.
Sólo su hermano fue testigo de éste homicidio y con la ayuda de una psicóloga lograron tener una descripción de los hechos y confirmar la culpabilidad de José Eduardo.
Lo único que repitió José Eduardo una y otra vez fue que levantó del suelo a su tía y le limpió un poco de sangre del rostro.
En su confesión se ha concretado a decir: “no supe lo que hice... ahí estaba el hacha y todo pasó”.Sin embargo, el señalamiento del menor de edad fue lo que acabó por completar el cuadro y hacer que José Eduardo hoy permanezca en el reclusorio mientras de continúa con el proceso legal.
Ayar a las 14:30 horas el joven ingresó al reclusorio de Cosolapa.
Todavía no se sabe si será trasladado a otro reclusiorio o se quedé ahó por tiempo indefinico, hasta que se le dicte sentencia y cumpla una condena de varias décadas por los hechos cometidos.
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